El sufrimiento humano

La emociones que acompañan al sufrimiento son la pena (el llanto del espíritu), la angustia (el dramático tránsito por un túnel angosto que nos asfixia), la melancolía (tristeza de estar vivo), la vivencia de vacío existencial (estar en un mundo extraño), la ausencia de significado (no sabemos por qué nos ocurre aquello que nos está ocurriendo), la desesperación (acción sin sentido o ansiedad), desesperanza (pérdida del deseo de vivir, ansías de darse por vencido ante la presencia de un horizonte perpetuo y vacío). Todo ser humano cruza por el laberinto del sufrimiento cuando su existencia enfrenta una pérdida. No obstante, un dato fundamental como alerta para el acompañante es que nunca perdamos de vista que el proceso de sufrimiento tiene un inicio, un desarrollo y un final. El refrán popular lo dice muy claro: “No hay mal que dure cien años”.
Edgardo Riveros
“Focusing experiencial y existencial”
lom Ediciones 2005.
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