Las tristezas de los niños chilenos


El psicológo Kenneth Condrell hizo una lista de causas de mayor tristeza en los niños. El especialista norteamericano las pública en su libro El Niño Infeliz, y describe diez factores que dañan la felicidad entre los 3 y 17 años de edad.
Los especilistas chilenos centrándose en la realidad chilena agregan a la lista otros tres aspectos que provocan pesar en la población infantil nacional: La soledad, la pobreza y la escuela.
Los niños son seres esencialmente afectivos y todas las situaciones que perturben el afecto y la cercanía afectiva que tiene con otros les producirán trastornos emocionales. Por eso, entre las principales causas de tristeza de los niños está la soledad. Las jornadas laborales de los padres chilenos son muy largas y eso provoca que pasen poco tiempo con sus hijos. Para ellos ese tiempo de soledad es un motivo de angustia, ansiedad y pena.

Otro motivo, es un ambiente escolar hostil. Muchos niños aman su colegio y sienten que es un lugar aliviador para ellos. Pero para otros es un lugar inhóspito y en el que no les gusta estar. Ahí se suman factores como las altas exigencias académicas a que son sometidos muchos escolares, hasta problemas de convivencia con compañeros y también con profesores.

El tercer factor, es la pobreza. A muchos niños les afecta darse cuenta que viven en sectores más desfavorecidos, pero inmersos en una cultura de mercado que les ofrece cosas que no pueden tener, lo que les provoca sufrimiento.

Consultando al respecto, Kenneth Condrell entregó algunas sugerencias para los padres chilenos cuyos hijos podrían estar sufriendo algunos de estos problemas. Respecto de la soledad, el psicólogo sugiere mantener contacto telefónico o por email durante el día y habituarse a poner junto a su colación o en su habitación pequeñas notas con mensajes cariñosos. Ayudar al niño con las tareas, preguntarle por lo que hizo en el día y hacer contacto visual con su hijo cuando le habla y escucharlo con atención, también ayuda a mejorar el vínculo, dice Condrell.

El experto agrega que las tradiciones familiares son clave para suplir las carencias materiales. El sentido de familia proporciona seguridad. Armar un álbum familiar y mirarlo juntos, visitar a los abuelos y primos son formas de cultivarlo, sugiere.

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